martes, 5 de septiembre de 2017

El caso Vallecas

EL CASO VALLECAS
Estefanía, era una chica de 18 años, cuando, según se cuenta y durante la ausencia de una profesora decidió hacer una sesión de tabla ouija en compañía de unas amigas. Esto sucedió un día de marzo del año 1.991, según los compañeros presentes, otra docente se personifico  de forma inesperada, rompiéndose de este modo el vaso encima del tablero, y según cuentan, de dicho vaso salió un humo negruzco, muy extraño, que se introdujo por la nariz de la joven. 
Esta no era la primera vez que la joven practicaba sesiones de espiritismo con dicha tabla. Anteriormente ya la practicaba, en algunas ocasiones incluso en solitario. Pero fue a raíz de esta última sesión donde empezaron a sucederse una serie de fenómenos y cambios que afectaron a la joven vallecana. Comenzaron a sucederse convulsiones, que la dejaban en una rigidez extrema, con los ojos en blanco mientras solo podíabalbucear unos sonidos leves. 
Los padres de la joven, ante esta situación, la llevaron a diferentes especialistas, pero ninguno pudo dar con la patología que afectaba a la joven. Mientras tanto, Estefanía, aseguraba tener visiones por la noche de un grupo de hombres que rodeaban su cama, con unos rostros inapreciables, y llamándola por su nombre y pidiendo que fuera con ellos. 
Pero la noche del 14 de agosto, la joven sufrió una extraña agonía. Un fuerte ataque se apoderó de ella, y que acabo en catalepsia al cabo de unas horas. En ese periodo de tiempo no paraba de gritar y se convulsionaba desesperada hasta que falleció en el hospital Gregorio Marañón, donde llegó ya en coma. La autopsia posterior, llevada a cabo por el doctor forense D. Pedro Cabeza, no llego a una conclusión clara, a tratarse de una muerte súbita, un tanto sospechosa.
Según los padres, desde el momento del óbito, empezaron a suceder en el inmueble fenómenos paranormales que no cesaban. La voz de la joven llamaba a gritos a su madre y la cama de Estefanía aparecía revuelta sin existir presencia alguna. También empezaron a oírse unas carcajadas de un anciano que retumbaban en las paredes. Concepción, la madre de la joven, aseguró que se trataba de su padre, que justamente había fallecido hacía unos meses antes que su hija, y, quien antes de fallecer prometió que les haría la vida imposible. Según la madre, su padre sentía una aversión por toda la familia y en especial por la chica.
En una ocasión Concepción, colocó harina en todo el suelo de la casa, y al regreso de la familia, encontraron una serie de huellas de zapato de hombre. También, llegó a colocar unos hilos entre las puertas de la casa, y encontrándoselos arrancados a la vuelta. Una noche, la madre, estaba en su cama y llegó a notar que alguien le tocaba las manos y los pies. Todo esto llevó a la familia a colocar una alarma en la vivienda, que llegó a sonar en varias ocasiones sin que hubiese nadie dentro.






Unos días después de estos acontecimientos, las hermanas de Estefanía, vivieron un espeluznante acontecimiento una madrugada. Un quejido las despertó, y al abrir los ojos, una silueta de un hombre, con un rostro blanco y liso, se arrastraba por la habitación, mientras que las muñecas eran lanzadas contra la pared.




La familia después de todos estos acontecimientos, lo pusieron en conocimiento de la Policía Nacional, y pese a los esfuerzos del inspector José Pedro Neri, no se encontraron explicaciones coherentes a lo que estaba sucediendo en ese inmueble. Empezaron a surgir babas, se rompió un crucifijo, empezaron a abrir y cerrarse las puertas del mueble bar o arañazos en un Cristo, hicieron que los agentes fueran testigos de esta serie de fenómenos paranormales. Incluso una noche de difuntos, una fotografía de Estefanía se quemo inexplicablemente. 
Ante estos sucesos y el miedo de los vecinos, quienes se apartaron de la familia. La familia decidió mudarse a otra casa. Las personas que posteriormente habitaron la casa no han experimentado ningún hecho similar.



En su nuevo hogar de los Gutiérrez, se produjeron unos leves fenómenos que se fueron calmando para no volver más. No obstante en el rodaje de una entrevista en la nueva casa por parte de un grupo de periodistas, llegaron a colarse unos audios que decía “no puedo”, déjala, esta tarada” y “ojo, no hemos comenzado”.
Todo esto nos lleva a formularnos una serie de preguntas como si la ouija puede provocar algo así, o si existen los fantasmas, si la muerte de la joven fue por causas explicables o no, o si la sugestión pudo provocar todos estos hechos. Todas estas preguntas nunca las sabremos, la realidad es que este caso quedo constatado en un informe policial y se podría decir que es uno de los expedientes X de nuestro país que ha día de hoy no tienen respuesta.