martes, 7 de febrero de 2017

José Pancho Campo, el pastor que vio al diablo

EL PASTOR QUE VIO AL DIABLO

Esta historia sucedió en la comarca de La Vera, en una fría y sombría noche del mes de febrero del año 1.948, un pastor vecino del pueblo de Garganta la Olla, José Pancho Campo apodado “El Pancho” de unos sesenta años, se encontraba en una pequeña choza de una finca llamada “La Casilla” en las proximidades del pueblo. Cuando en una desapacible noche escucho unos pasos muy ligeros al otro lado de la puerta, que acabaron con una voz silbante de mujer.
José Pancho, que era conocido en toda la comarca por un ganadero muy valiente, salió a la portilla, pensado que alguien se había extraviado en tan desapacible noche. Cuál fue su sorpresa al encontrarse a una extraña mujer. De estatura considerablemente baja, aproximadamente un metro treinta de altura, vestida con unos ropajes negros que cubrían su cabeza con una capucha de igual color, y que no decía nada. El pastor la invito a pasar, puesto que sabía el peligro que corría una persona mayor en una noche tan desapacible por esas laderas.



Pancho, confundiéndola con una monja, le sugiere que se acerque a la lumbre y se caliente. Pero la figura negra se queda de pie en el quicio de la puerta, sin decir ni una sola palabra. Esta actitud extraña al pastor, el cual se gira y le da la espalda para atizar la candela, y cuando se vuelve para insistirle a su visitante que se acerque a calentarse y al resplandor de los leños ardientes por el fuego de la lumbre, observa los  pies de la extraña mujer, quedo espantado el pobre de José Pancho al descubrir que eran pezuñas de chivo lo que asomaban bajo el negro manto que la cubría. El rostro de tan extraña figura continuaba oscuro, y no puede descubrir sus facciones. Con el susto, el Pancho da un paso hacia atrás, y la extraña figura sale de la choza a toda prisa como alma que lleva el diablo, haciendo un gran ruido al chocar en cada paso sus pezuñas con la fría piedra del suelo.



José Pancho, hombre de probada valentía, vuelve al pueblo y desde entonces se cuelga varias cruces al cuello. En la comarca hay quien afirma que Pancho, un hombre capaz de enfrentarse al mismo diablo, enfermó y murió de miedo el año 1.962.



Lo que con certeza ignoraba el pastor es que desde la más remota antigüedad ya se conocen a las lamias, unos extraños seres con cuerpo de mujer y cuyas piernas terminan en pies de cabra, provocando más de un desagradable susto a aquellos que llegan a ver sus extremidades por debajo de sus largas túnicas. 
Esta historia bien podría considerase una leyenda de esta zona cacereña, si no fuese porque la historia trata de un pastor que realmente existió en este pueblo, y hoy en día se puede visitar su sepulcro, donde descansan los restos de José Pancho Campo, el pastor que se cruzo con el mismo diablo. Otra de las peculiaridades de esta historia es su cercanía en el tiempo, esto nos hace que pensar, puesto que se acerca más a una historia real que no ha una leyenda que ha ido pasando de generación en generación. Pero sin valorar la posibilidad de que José inventará la historia, algo difícil debido al sufrimiento que le ocasionó la misma, hay varias preguntas que quedan en el aire, como, ¿Qué vio realmente aquella noche?, fue una alucinación, o tal vez un sueño, o quien sabe a veces lo absurdo se presenta delante de nuestro ojos cuando menos lo esperamos. Nunca lo sabremos. Lo que es realmente cierto es que la conocida honradez del campesino le da credibilidad a su testimonio, puede que la clave de todo este en la ubicación del pueblo donde ha habido sucesos de los más extraños, desde apariciones de fenómeno OVNI, a encuentros con enigmáticos seres. A que se pudo enfrentar José Pancho, o lo que es más inquietante ¿sigue siendo posible encontrarse con ese ser? La respuesta es …si.


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